lunes, 24 de septiembre de 2012

“Los diputados kenianos cobran unos 8.500 euros al mes mientras que el sueldo medio de Kenia oscila entre los 50 y 70 euros”


Hay entrevistas que a una le hacen sentirse especial y este es el caso. No solo por la cercanía del entrevistado (ha nacido y ha crecido en las mismas calles que yo) sino también por compartir profesión y por admirar su valentía e, incluso (en cierto sentido), por envidiar su quehacer diario. He entrevistado a políticos que han estado ocupando los sillones ministeriales de este país (que ya de paso lo digo, se va a la mierda), a cantantes que han llenado plazas y estadios, a deportistas que se han subido a pódiums, a altos cargos de las esferas del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad… a centenares de personajes públicos y no públicos, conocidos y no conocidos (ya llevo en esto más de una década y he pasado por una docena de empresas periodísticas) pero ésta entrevista me hizo especial ilusión

Hace unos meses propuse en el medio de comunicación donde colaboro (Escaparate) crear una sección de ‘Desde la Foia a…’ (incluye los vecinos de Ibi, Castalla, Onil, Tibi y Biar) una copia del ya mítico ‘Españoles por el Mundo’. A nuestro alrededor hay cada vez más familiares, amigos, conocidos, amigos de amigos de amigos (incluso uno mismo, yo me lo planteo día sí, día también) que deciden coger la maleta e irse a miles de kilómetros para buscarse la vida. Son muchas las razones, aunque principalmente es la crisis, la puta crisis en la que estamos sumergidos. Y sí, digo puta porque es un término recogido por la RAE (así que no me digan ustedes lo de 'mal hablada) y que define muy bien por lo que están, estamos pasando el común de los mortales. Define la RAE el vocablo como ‘calificación denigratoria’, pues eso: la situación es más que denigratoria (y no solo en el aspecto económico)

Volvamos al tema en cuestión (facilidad la mía de desviarme a otras cuestiones… y no, no tengo vocación política). En esta ocasión entrevisté a un ibense; su nombre es José Miguel Calatayud, tiene 32 años y es periodista (también licenciado en Filosofía y como bien me apuntó después, no filósofo) Los que sabéis de cómo funciona un medio escrito nuestro peor enemigo es el espacio, cada vez más deseado entre los plumillas por su escasez. Muchas ideas, reflexiones, experiencias, vivencias… se quedan sin contar por nuestro ‘enemigo’, así que le propuse a Calatayud que se explayase en sus respuestas porque a posteriori iba a publicar la entrevista en mi blog.

Aquí os dejo la versión ampliada de la entrevista. Seáis o no periodistas os aconsejo que la leáis, podéis aprender (y mucho) de cómo vive y se las apaña un corresponsal de un gran medio español en otro país. Conocer los ‘entresijos’ de Nairobi, de los ‘apaños’ económicos…. y para los que seáis ‘plumillas’, unos consejos de la profesión muy sabios y que en estos tiempos no vienen nada mal.

J.M.C. en Sudán del Sur (en Gudele, cerca de la capital, Juba) en julio de 2011, durante una entrevista a sursudaneses que habían regresado del norte por motivo de la independencia de Sudán del Sur.



Los diputados kenianos cobran unos 8.500 euros al mes mientras que el sueldo medio de Kenia oscila entre los 50 y 70 euros"
 
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Lo tenía claro, quería contar historias. Historias convertidas en testimonios tan reales y que paradójicamente a Occidente (no a todos) no le suelen interesar, y es que hablamos del Este de África.
José Miguel Calatayud nació en Ibi hace 32 años; es periodista y filósofo, especializado en periodismo internacional. Hace tres años se fue a Nairobi (Kenia), tras residir varios años en París y Londres. Un destino quizá difícil para el mundo del reporterismo pero en el que este joven ibense está triunfando: colabora asiduamente con el diario El País, antes fue el corresponsal para la Agencia Efe y también ha colaborado con diferentes medios de comunicación europeos.
Antes de empezar su andadura profesional, hizo sus prácticas en la BBC y su primera entrevista la publicó en este periódico, Escaparate. En julio de 2012, la Fundación Marco Luchetta concedió el premio Dario D’Angelo a su reportaje ‘A la horca con 14 años’ (para leer el report, pinche aquí).


Pregunta (P): ¿Por qué decidió emigrar?
Respuesta (R): No fue una decisión de un día para otro. Cuando estaba en la universidad quería viajar fuera de España y pude pasar un año en París como estudiante Erasmus. La experiencia de vivir en un lugar nuevo, diferente, de aprender un idioma, de conocer a gente distinta… fue muy buena y muy positiva por lo que quise seguir viajando y conociendo nuevos lugares. De París me fui a Londres para aprender inglés y porque la ciudad me llamaba la atención. Y tras hace un máster en Londres, decidí venirme a Kenia porque me atraía el África subsahariana y porque quería ser corresponsal en el extranjero y pensé que tendría más oportunidades en un país como Kenia que en otro más “convencional” y donde ya pudiera haber más periodistas españoles trabajando.

P: ¿Es África un lugar peligroso?
R: Depende muchísimo del país de África y el lugar concreto en el que te encuentres. En África hay más países, más gente, más razas, más culturas, más idiomas diferentes que en Europa.
Nairobi no es una ciudad peligrosa y yo no he tenido ningún problema en este sentido en estos tres años. Sí te pueden robar el teléfono o la cartera o la mochila o el bolso en una aglomeración, pero también en Madrid o en París o en Londres. Sí hay zonas que conviene evitar, sobre todo por la noche, pero de nuevo lo mismo ocurre en cualquier gran ciudad del mundo. Un aspecto quizá más peligroso en Nairobi que en otras ciudades es el tráfico. Las calles son muy malas, por la noche hay muy poca luz, hay muy pocas señales y semáforos y, de todas formas, la gente no los respeta y los conductores de taxis, autobuses y matatus (minibuses) van como locos, por lo que hay muchos accidentes.

P: ¿Cómo reaccionó su familia (sobre todo su madre) cuando le dijo: “Me voy a África”?
R: La primera vez que dije que estaba pensando en irme a vivir a algún país africano no me hicieron mucho caso. Cuando lo seguí diciendo, les sorprendió y en un primer momento no lo entendían. ¿Por qué precisamente a África, qué se te ha perdido a ti allí?, me decían. Pero seguimos hablando, les expliqué que tenía sentido desde un punto de vista profesional y, como además ya estaban acostumbrados a que viviera fuera de España, me acabaron apoyando en mi decisión.

P: Nairobi es su primer destino laboral (referente al mundo de la comunicación….)
R: Sí es el primer sitio desde el que he trabajado como periodista a tiempo completo. Antes, tuve varios empleos de verano en Ibi y Alicante, hice prácticas en El Mundo en Alicante, tuve varios trabajos en París y Londres (trabajé mucho tiempo en varios Zara…), hice prácticas en el World Service de la BBC en Londres y, finalmente, empecé a dedicarme al periodismo a tiempo completo al poco de llegar a Nairobi.

P: ¿Cómo fueron sus inicios en Nairobi?
R: Fue fácil porque hablaba el idioma (aquí todo el mundo habla inglés) y me vine ya con casa gracias a un amigo de Londres que tenía una amiga que vivía aquí. Nunca había estado en una ciudad como Nairobi ni en un país como Kenia (sí tuve la oportunidad de viajar por el país durante mis primeros días aquí), pero el hecho de que hubiera tantas cosas nuevas y diferentes hizo que estar aquí fuera muy interesante, no difícil, y disfruté mucho la experiencia.
Más difícil fue empezar a colaborar con medios españoles, pero tuve suerte y fui poco a poco haciéndome un huequecillo. Acabé siendo el corresponsal de la Agencia Efe en la región y ahora estoy con El País. Y, antes de Efe y entre medias, tuve la oportunidad de viajar por la zona por mi cuenta y colaborar con varios medios en español y en inglés, así que no me puedo quejar.

P: Vive en una ciudad acomodada, pero viaja por todo el país a lugares 'calientes'...
R: En Nairobi se puede vivir muy bien con el suficiente dinero (como en cualquier sitio, claro), pero es una ciudad muy cara y con mi trabajo yo no me puedo permitir vivir tan bien como trabajadores de la ONU y ONGs o periodistas de otros países, que ganan muchísimo más y sí pueden disfrutar de un nivel de vida altísimo. Aún así, claro, yo gano mucho más que la gran mayoría de los kenianos y no vivo mal. Las desigualdades sociales y económicas son enormes y es algo a lo que cuesta acostumbrarse. Pero, también, Nairobi es una ciudad incómoda. Moverse por ella es caro y el tráfico es tan malo que puedes tardar horas en llegar de un sitio a otro. Anochece todos los días a la misma hora, sobre las 7 de la tarde, y como apenas hay alumbrado público la ciudad está muy oscura y no es conveniente andar por ahí. Durante las épocas de lluvias, hay calles que literalmente desaparecen y la ciudad cae en el caos, e ir de un sitio a otro se convierte en una odisea.

Más que viajar por Kenia a lugares ‘calientes’, sí he viajado por la región a otros países dependiendo de la actualidad o de si yo quería jugármela a intentar hacer reportajes por mi cuenta. Entre otros sitios, he estado en Somalia, Sudán del Sur y Egipto, que quizá eran ‘calientes’ pero donde yo nunca he estado en peligro. Me parece muy interesante viajar a estas situaciones de conflicto o de revuelta social, y más como periodista. En ellas ves lo mejor y lo peor de las personas y ves la historia ocurriendo en vivo delante de ti. Es fascinante.

P: ¿Le costó acostumbrarse a otras culturas?
R: La verdad es que no, lo llevo muy bien. Me gusta mucho llegar a un sitio y tener que acostumbrarme a un lugar nuevo y diferente, a otras costumbres, a otro tipo de gente, a otra comida… De hecho, creo que lo peor que llevo es cuando va pasando el tiempo y, por el motivo que sea, no puedo viajar y acabo aburriéndome del lugar en el que estoy.

P: ¿Se relaciona con españoles?
R: Sí, me relaciono bastante con otros españoles jóvenes, periodistas, trabajadores en la embajada, en la ONU o en ONGs. Somos un grupo de amigos con una relación muy buena y hacemos lo que cualquier otro grupo de amigos en cualquier sitio: quedamos para salir y tomar algo, para ir al cine, para pedir unas pizzas y ver una película en casa de alguien…

P: ¿Ha residido en más países? ¿Con cual de ellos se queda?
R: Cada sitio es diferente y también depende de la vida que lleves allí y en qué trabajes y demás. Yo estaba enamorado de París pero era más joven y lo que hacía era ir a clase, trabajar a tiempo parcial (en un Zara…) y salir. Ahora no volvería a tener esa vida.
Lo mismo con Londres, aún era joven y no tenía del todo claro lo que quería hacer, me ganaba la vida trabajando en tiendas de ropa (en dos Zara y luego en otra más pija), hice prácticas en la BBC y al final estudié un máster y ese año como estudiante fue muy bueno y pude de verdad disfrutar de Londres. Más adelante, y dependiendo del trabajo, no me importaría vivir en Londres durante varios años más, a pesar del clima, que sí es muy malo. Pero Londres es casi como un mundo, es una ciudad tan grande, tan abierta a todos, tan cosmopolita, que cada día puedes ir a sitios muy diferentes, hacer cosas muy distintas y conocer a gente de casi todos los países del mundo. Eso sí, es bastante cara y o tienes un buen trabajo o dinero o puede ser agobiante.
Y Nairobi, aunque no me quedaría a vivir aquí para siempre y a pesar de sus incomodidades, es una ciudad fascinante y vivir aquí unos pocos años es una experiencia muy interesante y de la que he aprendido muchísimo.

P: ¿Desde que llegó a África está trabajando?
R: Sí he estado casi todo el tiempo trabajando pero, excepto cuando fui el corresponsal de Efe, siempre ha sido por mi cuenta, como freelance. Esto tiene ventajas e inconvenientes. Eres más libre para decidir qué historias quieres escribir pero también asumes todo el riesgo financiero, te tienes que pagar todos los gastos de tu bolsillo y es fácil acabar perdiendo dinero o no ganando lo suficiente.

P: ¿Hay trabajo en Kenia?
R: Entre los kenianos hay bastante paro y muchos acaban trabajando en la economía sumergida o en las zonas rurales, en la agricultura de subsistencia.
Para los extranjeros, sí hay bastante trabajo pero en unos ámbitos muy limitados. La gran mayoría son diplomáticos, trabajadores en agencias y programas de la ONU, trabajadores en ONGs y periodistas. También hay extranjeros que trabajan en empresas privadas o que tienen su propio negocio pero aún no son muchos comparados con los otros ámbitos.

P: ¿Hay diferencias salariales con España?
R: Esos tipos de trabajos (en referencia a la pregunta anterior) para los extranjeros suelen tener unas condiciones muy particulares. En general y en esos trabajos, los extranjeros tienen muy buenos sueldos y unas condiciones laborales muy buenas (ayudas para la vivienda, muchas vacaciones y otras facilidades, como viajes pagados…).
Entre los periodistas extranjeros que estamos por aquí también hay diferencias y, por ejemplo, los medios españoles pagan mucho menos y ofrecen unas condiciones mucho peores que los medios de otros países.

En el mercado laboral nacional, los salarios kenianos suelen ser menores que en España pero el coste de la vida también suele ser menor. En general, las condiciones laborales son peores: los trabajadores kenianos tienen menos acceso a derechos y prestaciones sociales como el paro, la sanidad o vacaciones. Además de que, en general, los servicios públicos como la sanidad, la educación o el transporte son peores que en España.

Para los extranjeros y los kenianos que pueden permitírselo, la sanidad, la educación, el transporte y otros servicios privados sí son de calidad, pero pueden llegar a ser bastante caros.

P: Anima a los ibenses en situación precaria a emigrar…
R: En principio, sí creo que viajar al extranjero, pasar una temporada en otro país, aprender otro idioma son una buena experiencia en sí mismos. Pero el emigrar depende mucho de cada persona y de la carrera profesional que uno quiera perseguir. Si uno cree que aprender un nuevo idioma le puede convenir, si cree que hay más posibilidades laborales en otro país o si, simplemente, no encuentra nada en España ahora mismo y está dispuesto a invertir parte de sus ahorros, yo sí recomendaría a la gente que se la jugara y se fuera a otro sitio, a Londres, a Berlín, a Ámsterdam, a los países nórdicos… A todos mis amigos que se fueron a un sitio así les ha ido bien y hoy están en una buena situación profesional, casi seguro mejor de cómo estarían si se hubieran quedado en España.

P: ¿Qué consejo le daría a un español con estudios y experiencia pero sin embargo en las listas del paro?
R: Bueno, de nuevo, depende mucho de la persona y de sus ambiciones profesionales. En general, para alguien que esté en una situación así, sí creo que pasar una temporada en el extranjero puede ser una buena experiencia. Ver cosas nuevas, conocer a gente diferente, darte cuenta de que hay cosas que son muy distintas en un sitio y en otro, aprender un nuevo idioma… También creo que puede ser una buena inversión en uno mismo ya que en muchos sitios de Europa, por ejemplo, hay más empleo que en España y puedes acabar encontrando trabajo de lo tuyo allí. Y, en cualquier caso, cuando vuelvas a España habrás mejorado tu currículum y tu perfil con un nuevo idioma, nuevas experiencias y el hecho de que te fuiste mostrará iniciativa y capacidad de decisión.

P: ¿Y a un periodista?
R: Para alguien que quiera ser periodista y esté en esa situación que describes, la cosa está muy complicada. Aunque no quiera ser un corresponsal, pasar una temporada en el extranjero podría ser también una buena experiencia. Aparte de esto, le recomendaría que tuviera su propia página web o un blog en el que escribiera artículos y publicara sus fotos y vídeos. Que en su blog, y más que contar lo que le va pasando cada día o lo que piensa, hiciera periodismo, reporterismo, que saliera a la calle, hablara con la gente y contara sus historias. Historias humanas para ilustrar cómo está afectando la crisis a la gente de Ibi, por ejemplo. A los que van al instituto, a los que están en la universidad, a los que están en el paro, a los que les va bien (que de todo habrá), los que tuvieron una buena idea o suerte y han podido aprovecharse de la crisis, a los que afectan los recortes en prestaciones sociales (como las ayudas a discapacitados o el copago). Por ejemplo, que se fuera una mañana al Insalud y hablara con los agüelillos y agüelillas que se pasan allí el tiempo y que escuchara sus historias. Luego podría ofrecer un reportaje a los medios locales o regionales de su zona. Y, si no, que se lo currara a la hora de contarlo en su blog. Le diría que no aceptara trabajar gratis porque estaría devaluando su trabajo y el de los demás que nos dedicamos a ello, pero entiendo que hay gente que cree que, en un momento dado, le puede convenir.

Le diría que buscara colaborar con los medios locales y regionales de su zona. A la mayoría de la gente le importan las historias de las personas que viven a su alrededor, a muy poca gente le importa o le interesa lo que yo pueda contar sobre Kenia, por ejemplo. El periodismo local tiene muchísimas posibilidades que muchos pequeños medios no explotan, en mi opinión. Hoy en día, con un poco de dinero, muchas ganas y unos pocos colegas se puede montar un medio local (o hiperlocal en una gran ciudad) en internet que, bien hecho, gustará a la gente, tendrá audiencia y podría incluso generar suficientes ingresos a través de publicidad y donaciones.

P: En el caso de cambiar de país, ¿a cual se iría? ¿por qué? ¿dónde se iría?
R: Llevo aquí (Nairobi) ya más de tres años y sí me apetece un cambio. Me atrae Oriente Medio pero también Turquía y, en particular, Estambul. En cualquier caso, tendría que meditar la decisión porque siendo freelance, con un cambio así me juego el dinero de mi bolsillo y si la cosa sale mal, podría acabar perdiendo bastante dinero.
P: Desde Nairobi ¿cómo está viviendo la crisis de España? ¿Tiene amigos/familiares que lo estén pasando mal debido a la crisis?
R: Leo bastante prensa y sí sigo la situación en España, sobre todo con preocupación y con resignación. Sí conozco gente que está agobiada y preocupada pero, por suerte, nadie que esté realmente mal.

P: ¿Amigos o familiares también han emigrado a otros países? ¿Dónde? ¿les va bien?
R: Sí tengo algunos amigos que han emigrado, varios a Londres, alguno a París, algún otro a América Latina, y a todos les va bien.

P: ¿Le gustaría volver a Ibi para instalarse definitivamente?
R: La verdad es que no, también porque no podría realizar el trabajo que me gusta, que es ser periodista en el extranjero. Claro que en Ibi tengo a mi familia y a muchos amigos y me gusta ir y pasar unos días cada varios meses. Lo malo es lo caro que me resulta el viaje y el hecho de que como soy freelance no tengo vacaciones pagadas, así que cuando no trabajo no gano dinero.

P: ¿Echa de menos Ibi? ¿Qué es lo qué más hecha de menos?
R: Lo cierto es que no siento morriña y, más que Ibi en sí, echo de menos a mi familia y amigos que viven allí. Cuando vuelvo de visita, sí me gusta el hecho de pasear por las calles que conozco desde siempre, la tranquilidad que suele haber, el que en algunos sitios la gente me conozca… Pero también es verdad que a los pocos días me empiezo a agobiar o a aburrir y me entran las ganas de marcharme y seguir viajando. No suelo ir mucho por lo caro que me resulta y porque cuando no trabajo pierdo dinero, pero sí intento ir al menos un par de veces al año.

P: ¿Cree que es cierto que en España hay ‘una fuga de cerebros?
R: Habría que ver que se entiende por “cerebros” y las cifras “duras”: cuánta de esta gente se ha ido marchando estos últimos años, cuánta lo hacía antes, en qué puestos de trabajo acaban los que no se marchan… Pero, por lo que dice la prensa, sí parece que hay una “fuga de cerebros” y lo cierto es que me parece lógico, dadas las pocas oportunidades académicas y laborales que hay para mucha gente con preparación. También es verdad que, en sí misma, una “fuga de cerebros” no tiene por qué ser mala. Si, por ejemplo, la situación mejora en España en los próximos años, quizá a muchos de estos “cerebros” les interese volver para instalarse en España, con lo que traerían su experiencia adquirida en otros países, algo que siempre es positivo. Lo malo es que, tal y como están las cosas, parece que la mayoría de los que se van no tienen mucha intención de regresar.

P: ¿Qué cree que deberían hacer los políticos para evitar esta fuga de jóvenes al extranjero?
R: Ahora mismo no pueden hacer nada, lo tendrían que haber hecho hace años, incluso antes de la crisis. El Estado tendría que invertir en educación y en investigación e incentivar la creación y el desarrollo de industrias que puedan emplear a estos “cerebros”, tanto en el sector privado como en el público. Lo que pasa es que algo así lleva mucho tiempo y los efectos de una inversión así no se verían a corto plazo. Y ésa es, en mi opinión, una de las razones por las que los políticos no han invertido en estos campos, ya que en general tienden a pensar y actuar sólo en el corto plazo y con vista a las próximas elecciones.

J.M.C. en un poblado de kenia en poblado de Kenia (cerca de Machakos, a unas pocas horas de Nairobi en coche) entrevistando a veteranos de la rebelión Mau Mau de los años 50, en la que muchos kenianos se enfrentaron a las autoridades coloniales británicas.

PARTE PROFESIONAL

P: Escribe sobre temas (algunos) sensibles y trabaja para uno de los mejores diarios de España. ¿Cómo es el día a día de un ibense en un lugar (en cierto modo) peligroso?
R: Ya he comentado que Nairobi no es una ciudad peligrosa. Mi día a día es bastante normal. En general, estoy siempre pendiente de la actualidad de la región que cubro para el periódico –casi toda el África subsahariana­­– y estoy siempre pensando y trabajando en qué historias puedo hacer. Luego, cada día por la mañana repaso los sucesos de más actualidad y si considero algo suficientemente relevante, propongo al periódico hacer un artículo sobre ello. A partir de ahí, ya vamos hablando sobre los temas que vamos a hacer. Muchas entrevistas son por teléfono o por email pero, si tengo que quedar con alguien en persona por aquí, pues también me organizo para ver cuándo nos podría ir mejor a ambos.
En mi caso, y como trabajo por mi cuenta y no tengo una oficina, a veces mis horarios son un poco desordenados. Puede haber días que no haga casi nada durante el día pero me quede currando despierto hasta muy tarde. O puede haber días entre semana que no haga casi nada pero luego me pase todo el fin de semana trabajando.

P: Una de sus últimas informaciones ha sido la matanza de 34 mineros durante una protesta. ¿Cómo fueron esos días (informativamente hablando)? ¿Qué inconvenientes tiene un español para informar desde el extranjero?
R: Bueno, esos días no fueron muy diferentes a cualquier otro día. Sobre ese tema, la particularidad es que los sucesos estaban ocurriendo en Sudáfrica, muy lejos de Nairobi y un país en el que nunca he estado. Tuve que documentarme mucho sobre el país, el contexto, cómo se había llegado a esta situación, qué había estado pasando antes, qué podría pasar después… Así que leí muchísimo sobre Sudáfrica, sobre todo de medios y organizaciones locales. Además, localicé posibles fuentes y me puse a llamar y a enviar emails para verificar datos y preguntarles sobre estos temas. Vamos, que hice lo que cualquier otro periodista habría hecho para escribir sobre un país en el que no ha estado.

Un español, para informar desde el extranjero, tendrá diferentes ventajas e inconvenientes dependiendo del lugar en el que se encuentre. Por ejemplo, no es lo mismo informar desde América Latina que desde África. En mi caso, y por mi experiencia particular, me encuentro con que a muy poca gente en España le interesa lo que yo pueda escribir sobre esta región. E, igualmente, que a muy poca gente local en estos países les interesa lo que yo pueda escribir sobre ellos para una audiencia en España. Por ejemplo, no es lo mismo la BBC o Reuters o el New York Times, que trabajan en inglés, a quienes todo el mundo conoce y en los que políticos y otras personas de aquí quieren aparecer, que yo, que escribo para un periódico español, algo que a políticos y otras personas de aquí les da bastante igual. Esto tiene ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, tengo menos acceso a personas muy importantes o a sitios caros y complicados a los que los grandes medios sí son invitados. Pero, al mismo tiempo y como mi medio les da más igual, creo que hay fuentes que me hablan con más franqueza y están más relajados cuando las entrevisto, con lo que a veces puedo conseguir una imagen más cercana a la realidad.

P: También ha escrito sobre piratas somalíes, guerras, intereses políticos... ¿Cómo se 'busca' la vida un freelance en África?
R: Ésa es la expresión perfecta: un freelance tiene que buscarse la vida, tal cual, allá donde esté. En mi caso, aquí en Kenia, es complicado por lo caro que es vivir en Nairobi y por lo caro –y a veces complicado– que es viajar por la región para hacer historias. Los medios españoles pagan muy poco, por lo general menos que los medios de otros países, por lo que intento minimizar mis gastos en vivienda, en salir y también los relacionados con el trabajo. E intento también colaborar en inglés con medios extranjeros, algo complicado por la gran cantidad de periodistas anglosajones que hay establecidos en Nairobi y en el este de África en general.

Más en general, esté en un país africano o en cualquier otro sitio, un freelance se busca la vida buscando contactos por su cuenta, leyendo muchísimo y haciendo muchas preguntas sobre la zona que cubre, ofreciendo historias a diferentes medios e insistiendo e insistiendo (porque muchos ni contestan), exigiendo que le paguen cuando un medio le compra un tema (porque a muchos les cuesta pagar, tardan mucho e incluso se pueden “olvidar”). La verdad es que una vida complicada pero también satisfactoria cuando las cosas te salen medio bien.

P: Supongo que tendrá medidas de seguridad...
R: Por lo general, no tomo medidas de seguridad particulares, ya que la vida en Nairobi no es peligrosa. Uno simplemente ha de tener el mismo sentido común que tendría en cualquier otra gran ciudad. Claro que la cosa cambia si vas a una zona en conflicto o donde puede haber tensiones, como Somalia o en su momento Sudán del Sur. En lugares así, uno ha de tomar más precauciones, estar muy bien informado sobre adónde puede ir y adónde no, quién es quién en el conflicto… Además, si uno va a un lugar en guerra, debería llevar chaleco salvavidas y casco, que en un momento dado te pueden incluso salvar la vida.

P: Su reportaje 'A la horca con 14 años' ha sido galardonado con un reconocido premio internacional... ¿Es el corresponsal el 'contador de historias'?
R: Es el único premio que he recibido. Cualquier periodista es un contador de historias. Claro que no es lo mismo una noticia breve hecha de forma muy rápida que un reportaje muy largo en el que uno ha tenido la oportunidad de trabajar durante semanas o meses. Pero todo artículo es una historia. El periodista no da sólo datos o “hechos desnudos” sino que cuenta a unas personas lo que les pasa a otras.

P: Sin duda, el periodismo también está en crisis y pasa por malos momentos ¿Qué cree que le falta al periodismo ? ¿Y a los periodistas?
R: Más que el periodismo en sí, en mi opinión lo que está en crisis es el modelo de negocio de los medios tradicionales, que no han sabido sacarle partido a internet y no son capaces de generar suficientes ingresos. Este modelo de negocio debe cambiar y es probable que en 5 ó 10 años sea bastante diferente a cómo es hoy.
El periodismo en sí no está en crisis en el sentido de que hoy se hace muy buen periodismo, igual que hace 10, 20, 30 años y desde siempre se ha hecho. El problema, en mi opinión, es que la crisis en la que están sumidos los medios tradicionales hace que muchos periodistas tengamos que trabajar en condiciones precarias. Y esto sí tiene efectos directos en la calidad del periodismo que somos capaces de producir. Por seguir con el ejemplo anterior de las protestas en Sudáfrica, hubo días que yo tuve muy poco tiempo para hacer un artículo sobre Sudáfrica, donde nunca he estado, desde Kenia. Si, por ejemplo, hubiera podido viajar a Sudáfrica, ir al terreno, hablar en persona con los mineros y, en general, tener tiempo para trabajar la historia y luego suficiente espacio en el periódico para contarla, habría sido capaz de producir artículos muchísimo más interesantes.

Otro problema que veo es la enorme cantidad de información a la que hoy en día tenemos acceso, sobre todo a través de internet. La gran mayoría de artículos disponibles son muy normales, no están muy mal ni muy bien, luego hay unos pocos muy malos y otros pocos muy buenos. Y quizá estos pocos muy buenos son menos visibles de lo que eran hace tiempo debido a que son una pequeña parte de toda esa gran cantidad de información disponible hoy.

NIVEL DE VIDA Y SUELDOS EN KENIA:

P: ¿Más/menos (aproximado) cuanto necesita un extranjero para vivir medianamente bien (sin caprichos) en Nairobi?
R: Ésta es complicada porque, en general, los extranjeros que viven aquí aspiran a un nivel de vida muy alto que incluya, por ejemplo, ser capaces de irse a la costa o de safari o a un cottage en la montaña casi cada fin de semana y eso es muy caro, pero no lo considerarán caprichos sino parte del vivir aquí. También, la mayoría de extranjeros quieren vivir en los barrios más chulos de las afueras o en pisos enormes y nuevos en otras zonas más dentro de la ciudad y, en ambos casos, son caros pero el extranjero te dirá que no se trata de un capricho. Por no hablar del querer volar a Europa o a América varias veces al año, lo que también es carísimo.

Pero, a ver. Si te quedas los fines de semana tranquilo en Nairobi, no cenas fuera todas las noches (muchos extranjeros lo hacen y en sitios caros) y no te gastas mucho dinero en el alquiler ni en comprarte muchas tonterías, puedes vivir medio bien con unos 1.200 euros al mes, pero apenas podrías ahorrar. Y si quieres salir más a menudo, poder comprarte ropa y libros (muy caros) y figuritas africanas y demás e ir de vez en cuando de fin de semana fuera de Nairobi, piensa en como mínimo unos 2.000 euros al mes, aunque seguramente necesitarías más y, de nuevo, apenas podrías ahorrar. Muchos de los extranjeros que trabajan en las embajadas o en la ONU o en ONGs pueden ganar fácilmente 3.000, 4.000, 5.000 euros o más, y de ahí que puedan y no les importe gastar mucho dinero al mes.

P: ¿Y cual es el sueldo medio en Nairobi?
R: Ésta también es difícil porque muchos kenianos trabajan en el mercado negro y porque aquí no hay estadísticas oficiales (o las que hay no son fiables) como en algunos países europeos. Pero mira, te cuento lo que averigüé hace poco para un tema sobre las escuelas públicas y los profesores (que se han declarado en huelga). Los sueldos de los profesores en la educación pública en Kenia varían muchísimo. Los peor pagados cobran unos 130 euros al mes y los mejor pagados (directores de escuelas e institutos que además tengan ayuda para vivienda) unos 1.700 euros al mes. Pero la gran mayoría de profesores del país están en una categoría en la que el sueldo es entre 150 y 175 euros al mes. Es difícil saber el sueldo medio en Kenia pero se estima en entre 50 y 70 euros al mes, aunque estas cifras tienen un margen de error alto y repito que son para Kenia y hay que tener en cuenta que, fuera de Nairobi, todo es muchísimo más barato y que en las zonas rurales hay gente que más que trabajar lo que hace es dedicarse a la agricultura de subsistencia. El sueldo medio en Nairobi tiene que ser más alto debido, por un lado, a los sueldos altísimos de los extranjeros y los kenianos ricos y, por otro, a que incluso gente que vive en barrios de chabolas quizá gane como mínimo eso, unos 50 euros. Por su parte, los diputados cobran unos 8.500 euros al mes y los sueldos de altos cargos políticos pueden llegar a ser bastante más altos. Los políticos kenianos están entre los que más cobran del mundo.

P: ¿Qué retribución económica tiene un corresponsal?
R: De nuevo, esto puede variar muchísimo dependiendo de si eres freelance o de plantilla, de si trabajas para una televisión o para una radio o para la prensa (o para las tres, o para dos de las tres), de en qué país estén los medios para los que trabajas… No estoy seguro pero, viendo el nivel de vida que llevan, imagino que muchos corresponsales anglosajones por aquí cobrarán al menos unos 3.000 euros al mes, algo más según vayas siendo más veteranos… y bastante más los altos cargos de grandes medios como la BBC o la CNN o Reuters o el New York Times.

En medios españoles, los corresponsales de plantilla han sufrido varios recortes de sueldos y, aunque no estoy seguro de cuánto cobran ahora, quizá esté en algo menos de 2.000 euros. En mi caso, cada mes varía mucho lo que puedo ganar porque depende de la cantidad de artículos que publique, pero de media es mucho menos de lo que cobra un corresponsal de plantilla español. Y también sé de corresponsales "estrella" españoles (que ya llevan tiempo y son conocidos y tal) en otros países que pueden cobrar hasta 7.000 euros al mes.

P: Tu primera entrevista la publicaste en Escaparate (donde trabajo yo ahora)….
R: Bueno, realmente no pasé por Escaparate. Estaba estudiando Periodismo en Valencia y tenía una asignatura que se llamaba Periodismo cultural. Uno de los trabajos que teníamos que hacer era una entrevista y dio la casualidad de que por esos días venía El Brujo a Ibi. Hablé con su representante, le dije que quería entrevistar a El Brujo y me dijeron que “vale”. Me documenté mucho sobre su carrera, quedamos en el mismo escenario en el teatro de la Casa de la Cultura un rato antes de la función y lo entrevisté y me pareció muy interesante. Ofrecí el tema a Escaparate y me dijeron que les interesaba pero que no podían pagarme nada (¡¡ja!!, me acabo de comer mi consejo de antes). Les envié mi texto y lo publicaron, aunque muy reducido, y ésa fue la primera vez que publiqué en un medio profesional, aunque no cobré. Esto fue, si no me equivoco, en abril de 2005.

Para leer la entrevista que salió publicada en el periódico Escaparate, pinchad aquí


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